sábado, 23 de junio de 2012

LA SERVILLETA DE PICASSO.



El documental comienza con una anécdota que tiene como protagonistas a Pablo Picasso y una camarera. Picasso tras almorzar en una cafetería francesa pintaba muy concentrado en una servilleta. Cuando la camarera fue a cobrarle el café Picasso le quiso pagar con ese dibujo de la servilleta. Entonces, la camarera le pidió que le firmara tal dibujo y este le respondió: - No mademoiselle, solo pretendo pagar el almuerzo, no el local.- Y es que, como ya veremos, “el poder sobre el arte nunca es inocente.

Este documental se propone que descubramos el peso del arte y la cultura en las sociedades a lo largo de la historia. Durante y tras periodos en los que se producen sucesos que afectan gravemente a la ciudadanía, siempre hay artistas que retratan estos momentos de una manera realista o crítica, el arte se convierte en un modo para expresar el descontento social. El arte puede usarse para matar los ratos libres y para desahogarse, o bien, para a la vez intentar que otros admiren nuestra crítica y sientan que esa misma realidad a ellos les afecta. Puede ser una forma muy eficaz de difundir problemas y que les llegue a la gente.

Infinidad de veces en España artistas y estudiosos han reflejado su descontento ante la realidad que les envolvía. Por ejemplo, durante la II Republica se detecta que hay una gran cantidad de población que es analfabeta, y muchos artistas e intelectuales de la época como Cossio, Giner de los Rios Lorca, Buñuel, Dalí, Cernuda, María Moliner, María Zambrano,… desplegaron acciones encaminadas a que la cultura, hasta ahora de las élites, llegara a las regiones más recónditas del país. Toda esta gran labor pedagógica y los resultados de ésta fueron detenidos por la rebelión militar que desembocó en una guerra civil y tras esto, en dictadura. Durante la guerra y tras ella se fusilan a intelectuales y artistas de ambos bandos, entre ellos Federico García Lorca. La muerte de estas figuras hace que otros intelectuales se exilien de forma voluntaria. Desde sus nuevos destinos, muchos de ellos producirán obras en las que se critica la situación de los exiliados y de los que todavía resisten.

Durante los bombardeos, el Museo del Prado fue atacado por el bando fascista y tanto su director, Picasso, como los dirigentes políticos se encargaron de proteger todas las obras que allí se exponían exiliándolas también a ellas. Más tarde, durante la dictadura franquista, los cuadros fueron repatriados. Los poderosos eliminan la cultura y a sus principales productores o se apropian del arte y el saber. Los teatros, salas de arte y bibliotecas son abandonadas por la población.

Durante la dictadura, aunque el arte y el pensamiento son censurados duramente, menos el de los exiliados, los franquistas empiezan a verlo como elemento de apertura al mundo. El régimen exhibe obras pero nunca al autor de ellas; se politiza el arte. Sin embargo, a figuras como Dalí o Picasso el régimen no tiene más remedio que aguantarlas por ser conocidos internacionalmente.

Con la caída del Régimen, España se encuentra sin equipamientos culturales y con una ciudadanía sin conocimientos al respecto, por lo que se comienza a instruir a los ciudadanos en este ámbito. A su vez, los movimientos políticos de izquierda comienzan a usar el arte y la cultura como medio para captar votantes.


En la actualidad la cultura y el arte son un negocio más para algunos, pero para unos pocos el arte sigue siendo un elemento liberador con el que se puede mostrar lo que amamos y odiamos del mundo, consiguiendo, en muchas ocasiones, que la gente se conciencie o incluso que se movilice. El arte es construido por nosotros, pero a la vez nos construye. Por esto desde antaño se ha reprendido a los más cultos y creativos. Y es que, la incultura es tortura.


“EL GUERNICA”, PICASSO.

Esta gran obra de Picasso, es una de las más conocidas de este famoso pintor. Picasso pintó este cuadro porque el Museo Internacional de París va a hacer una exposición y le encargan un mural, al principio no sabe en que basar su pintura. Esto cambia con el estallido de la Guerra Civil y con la posterior victoria de los rebeldes. El 26 de Abril de 1937, la aviación Nacional Socialista alemana bombardea la ciudad de Guernica. Picasso al enterarse del suceso lo escoge como tema adecuado para ser expuesto en París y así lo hace. En este cuadro se aprecia el dolor, el fuego y la muerte de la población civil fallecida en Guernica durante estos asaltos fatídicos. El Guernica pasa muchos años fuera de España; Carrero Blanco solicita el regreso del Guernica a España, pero Picasso pide a cambio el restablecimiento de la Republica, con lo que el cuadro permanece donde está, en el Moma. Tras la muerte de Picasso y la llegada de la democracia el mural regresa por fin a España, ahora mismo se puede encontrar el en Museo Reina Sofía.



Judith de Paz


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